Considero esta una gran imagen porque creo que retrata con claridad, a través de la estética y la conmoción, una etapa de la historia de nuestro país. Fue capturada en diciembre de 2017. Todos los elementos que la componen aportan a esta claridad de la que hablo. La mirada perdida y caída del hombre herido, quien está sentado en el cordón de la vereda y no parece ser consiente de que lo están fotografiando. El grafiti pintado detrás de él, color bordó como la mancha de sangre en su camisa. Y por último, las botas y el uniforme de un policía a la izquierda del grafiti. A dicho policía se le cortó la cabeza en la foto, lo que podría ser considerado como un "error". Sin embargo este detalle hace que, al no tener un rostro en particular, pase a representar el rostro de todos los policías represores. Si bien desconozco quien es la persona que tomo la fotografía, esta pertenece al colectivo M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs).
